TCR α Inhibidores

Los inhibidores del TCR α más comunes incluyen, entre otros, la ciclosporina A CAS 59865-13-3, la rapamicina CAS 53123-88-9, el metotrexato CAS 59-05-2, el ácido micofenólico CAS 24280-93-1 y la ciclofosfamida CAS 50-18-0.

El receptor alfa de células T (TCR α) desempeña un papel fundamental en el sistema inmunitario adaptativo, concretamente en el reconocimiento de antígenos presentados por moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH). El TCR α es una proteína transmembrana que se expresa en la superficie de las células T, donde forma un complejo con la cadena TCR β. Juntos constituyen el complejo TCR, responsable del reconocimiento de antígenos y de la activación de las células T. Al unirse a su complejo antígeno-MHC, el TCR αβ inicia una serie de eventos de señalización que, en última instancia, conducen a la activación, proliferación y diferenciación de las células T en células T efectoras, que orquestan respuestas inmunitarias contra patógenos, tumores y otras entidades extrañas.

La inhibición de la señalización del TCR α es una estrategia prometedora para modular las respuestas inmunitarias en diversos contextos, como las enfermedades autoinmunes, el rechazo de trasplantes y los trastornos relacionados con la inmunidad. Se pueden emplear varios mecanismos para inhibir la función del TCR α. Uno de ellos consiste en atacar las moléculas de señalización que intervienen en la activación mediada por el TCR αβ, como las proteínas quinasas, las fosfatasas y los factores de transcripción. Al interferir con estas vías de señalización, se puede atenuar la activación de las células T, amortiguando así las respuestas inmunitarias excesivas. Otra estrategia para inhibir la función del TCR α consiste en interrumpir la interacción entre el TCR αβ y el complejo antígeno-MHC mediante anticuerpos bloqueantes o moléculas pequeñas. Además, la modulación de las vías coestimuladoras y coinhibidoras que regulan la activación de las células T puede inhibir indirectamente la señalización del TCR α. En general, la inhibición del TCR α es prometedora para la investigación en trastornos relacionados con el sistema inmunitario, ya que suprime selectivamente las respuestas inmunitarias aberrantes al tiempo que preserva la función inmunitaria general.