Olfr371 Inhibidores

Los inhibidores comunes de la Olfr371 incluyen, entre otros, el ácido niflúmico CAS 4394-00-7, la toxina pertussis (proteína activadora del islote) CAS 70323-44-3, el haloperidol CAS 52-86-8, la budesonida CAS 51333-22-3 y la lidocaína CAS 137-58-6.

Olfr371 es un miembro de la familia de proteínas de los receptores olfativos, que funciona como un receptor acoplado a proteína G (GPCR) responsable del reconocimiento y la transducción de señales odorantes. Con una estructura de 7 dominios de transmembrana, desempeña un papel fundamental en el inicio de las respuestas neuronales que conducen a la percepción del olor. La familia de genes del receptor olfativo, incluido el Olfr371, es la mayor del genoma, lo que pone de relieve su importancia en la percepción olfativa. La nomenclatura de estos genes es exclusiva del organismo. Para inhibir Olfr371, se han identificado varias sustancias químicas, cada una con mecanismos de acción distintos. La mometasona suprime la vía de señalización del AMPc, interrumpiendo la transducción mediada por GPCR. El ácido niflúmico interfiere con el dominio transmembrana del receptor, impidiendo el reconocimiento de odorantes. La toxina pertussis se dirige a la proteína G en la transducción de la señal olfativa, reduciendo la activación de Olfr371. El haloperidol modula los efectores posteriores, afectando a los receptores de dopamina y alterando indirectamente la percepción olfativa.

La budesonida y la fluticasona suprimen la señalización de AMPc, impidiendo la transducción mediada por GPCR y la activación de Olfr371. La lidocaína y la tetracaína alteran el dominio transmembrana del receptor, afectando a su conformación y funcionamiento normal. La difenhidramina y la proclorperazina modulan los efectores descendentes, influyendo en los receptores de histamina y dopamina, respectivamente, afectando indirectamente a la función de Olfr371. En resumen, estos inhibidores actúan a través de diversos mecanismos para interferir con Olfr371, alterando su función normal en la transducción de señales odorantes. La comprensión de estas interacciones químicas proporciona valiosos conocimientos sobre las complejas vías reguladoras implicadas en la percepción olfativa.