DnaJC25 Inhibidores

Los inhibidores comunes de DnaJC25 incluyen, entre otros, Geldanamicina CAS 30562-34-6, Radicicol CAS 12772-57-5, Tunicamicina CAS 11089-65-9, MG-132 [Z-Leu- Leu-Leu-CHO] CAS 133407-82-6 y Concanamicina A CAS 80890-47-7.

Los inhibidores de DnaJC25 abarcan una gama de compuestos que pueden ejercer un efecto sobre los procesos de plegamiento de proteínas dentro de la célula modulando indirectamente la actividad de la proteína DnaJC25, miembro de la familia Hsp40 de co-chaperonas. Estos compuestos no son inhibidores en el sentido clásico de unirse directamente a la DnaJC25 y obstruir su actividad funcional. En su lugar, actúan dentro del marco celular más amplio que supervisa la homeostasis de las proteínas, también conocida como proteostasis, que incluye una intrincada red de chaperonas moleculares y sistemas proteolíticos que, juntos, mantienen la salud del proteoma celular. Entre estos compuestos, los inhibidores de Hsp90, como Geldanamicina, Radicicol, 17-AAG, PU-H71 y Novobiocina, pueden perturbar la interacción estabilizadora entre Hsp90 y sus proteínas cliente, lo que puede tener un efecto en cascada sobre la función de cochaperonas como DnaJC25.

Al desestabilizar estas interacciones, estos compuestos pueden aumentar la carga de proteínas desplegadas o mal plegadas, afectando indirectamente a DnaJC25, que puede sobrecargarse o desregularse. Otros compuestos como la tunicamicina, al inhibir la glicosilación ligada al N, pueden provocar una acumulación de glicoproteínas que requieren un plegamiento adecuado, lo que puede afectar a la demanda celular de actividad chaperona. El inhibidor de la V-ATPasa Concanamicina A y el agente lisosomotrópico Cloroquina pueden alterar el pH de los compartimentos celulares, afectando al entorno necesario para el plegamiento óptimo de las proteínas y aumentando posiblemente la exigencia de la participación de DnaJC25 en estos procesos. Además, los inhibidores del proteasoma, como el MG132 y el Bortezomib, pueden provocar una acumulación de proteínas destinadas a la degradación, lo que también podría aumentar la necesidad de la actividad de DnaJC25 para gestionar esta carga proteica.