BAI-1 Inhibidores

Los inhibidores comunes de BAI-1 incluyen, entre otros, la talidomida CAS 50-35-1, la lenalidomida CAS 191732-72-6, la pomalidomida CAS 19171-19-8, la sulfasalazina CAS 599-79-1 y la curcumina CAS 458-37-7.

El BAI-1, también conocido como inhibidor de la angiogénesis específico del cerebro 1, es una proteína transmembrana perteneciente a la familia de los receptores acoplados a proteínas G (GPCR) de adhesión. Se expresa principalmente en el sistema nervioso central y se ha implicado en diversos procesos biológicos, como la angiogénesis, la supresión de tumores y la plasticidad sináptica. El BAI-1 funciona como regulador negativo de la angiogénesis, ejerciendo sus efectos antiangiogénicos al inhibir la migración, proliferación y formación de tubos de las células endoteliales. Además, el BAI-1 interviene en la eliminación de células apoptóticas al interactuar con la fosfatidilserina expuesta en la superficie de las células apoptóticas, promoviendo así la fagocitosis por los macrófagos. Además, se ha implicado al BAI-1 en el desarrollo neuronal y la poda sináptica, lo que sugiere su participación en la regulación de la conectividad y la plasticidad neuronales.

La inhibición de la actividad de BAI-1 puede producirse a través de varios mecanismos dirigidos a interferir con sus vías de señalización o a interrumpir su interacción con ligandos o efectores descendentes. Un mecanismo de inhibición consiste en bloquear la unión de ligandos al BAI-1, impidiendo así las cascadas de señalización asociadas a sus funciones antiangiogénicas y apoptóticas. Además, las estrategias dirigidas a regular a la baja la expresión de BAI-1 o a inhibir su tráfico intracelular también pueden inhibir eficazmente su actividad. Por otra parte, las vías de señalización intracelular asociadas a la función de BAI-1, como las vías de la Rho GTPasa o de la fosfoinositida 3-cinasa (PI3K), pueden proporcionar enfoques alternativos para inhibir los procesos celulares mediados por BAI-1. La comprensión de los mecanismos precisos de inhibición de BAI-1 es crucial para dilucidar sus funciones en la angiogénesis, la supresión de tumores y la plasticidad sináptica, y puede ofrecer estrategias para enfermedades asociadas con la desregulación de la señalización BAI-1.